DESESPERADO y con su hija hambrienta padre vendía bolígrafos en la calle hasta alguien le tomó una foto a su hija y descubrió esto.




Un hombre trabajaba en una fábrica de chocolates como gerente, donde ganaba lo suficiente para mantenerse y cubrir todas las necesidades de su pequeña hija y a veces hasta brindarle pequeños lujos porque ¿a un padre que no le gusta mimar a su hijo?

Además, sólo tiene, en este mundo no tiene a nadie más. Vivían muy bien en el Líbano, pero lamentablemente a causa de la guerra tuvieron que refugiarse en Yarmouk y dejar atrás su vida. Sin pesos en la mano, el hombre comenzó a vender bolígrafos para poder alimentar a su hija.